
Cuando sonó el teléfono en mi casa de Madrid el 27 de enero de 2005, la tristeza de la voz de mi hermana menor delataba que era portadora de malas noticias: Esteban Caamaño se encontraba ingresado en el hospital porque la leucemia atacaba ya con sus peores armas. Antes de colgar, añadió: “Begoña, si sigues pensando en escribir ese libro de Esteban del que siempre estás hablando, date prisa”.
2 comentarios:
Bueno, esto pinta interesante, ánimo y bienvenida a la blogosfera. Te voy a leer... así que no lo dejes ni en broma. Un abrazo, amiga.
Aurora
Esteban, Luis, Jaime, Tina, Mari Angeles.... toda una generación de mujeres y hombres que nos puso en el camino de eso que llamamos la utopía. Vale la pena recordar sus vidas y sus luchas y tú serás una excelente evocadoa. Cuenta conmigo para lo que te haga falta. Besos.
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