Cuando sonó el teléfono en mi casa de Madrid el 27 de enero de 2005, la tristeza de la voz de mi hermana menor delataba que era portadora de malas noticias: Esteban Caamaño se encontraba ingresado en el hospital porque la leucemia atacaba ya con sus peores armas. Antes de colgar, añadió: “Begoña, si sigues pensando en escribir ese libro de Esteban del que siempre estás hablando, date prisa”.
lunes, 25 de enero de 2010
Una explicación
Esta bitácora comienza hoy, 25 de enero de 2010, para que me acompañéis durante el solitario proceso de escritura de un libro; en este caso, la biografía de Esteban Caamaño Bernal.
Cuando sonó el teléfono en mi casa de Madrid el 27 de enero de 2005, la tristeza de la voz de mi hermana menor delataba que era portadora de malas noticias: Esteban Caamaño se encontraba ingresado en el hospital porque la leucemia atacaba ya con sus peores armas. Antes de colgar, añadió: “Begoña, si sigues pensando en escribir ese libro de Esteban del que siempre estás hablando, date prisa”.
Cuando sonó el teléfono en mi casa de Madrid el 27 de enero de 2005, la tristeza de la voz de mi hermana menor delataba que era portadora de malas noticias: Esteban Caamaño se encontraba ingresado en el hospital porque la leucemia atacaba ya con sus peores armas. Antes de colgar, añadió: “Begoña, si sigues pensando en escribir ese libro de Esteban del que siempre estás hablando, date prisa”.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)